viernes, 24 de febrero de 2012

miércoles, 15 de febrero de 2012

Tablas de Crecimiento. "Horror,mi bebé no sigue las tablas, no engorda"

Durante los primeros 3 meses mi niña no cogía el peso que debía según las tablas de la OMS. Y claro al tomar sólo tetita, pues empezaron mis problemas, conflictos y ansiedades con la pediatra de la niña, los enfermeros de pediatría, algunos familiares,...

Menos mal que en ese tiempo conté con la ayuda incondicional del papá, de mi matrona, del grupo de apoyo a la lactancia "mamantial", y de otras muchas mas personas, a las que siempre estaré muy agradecida.

Estas son las tablas que me han ocasionado tanta preocupación, llanto, ansiedad,...

http://www.who.int/childgrowth/standards/cht_wfa_ninas_p_0_6.pdf

http://www.who.int/childgrowth/standards/cht_wfa_ninos_p_0_6.pdf

Mi niña pesó al nacer 3.730 gr. para ser niña, era muy grande, luego perdió lo normal y se quedó en 3.400 gr. Cuando fuimos a la primera revisión del pediatra, pues muy bien, que la niña estaba bien, que había perdido lo normal, que había engordado un poquito, con 12 días pesaba 3.530 gr., y claro como le daba pecho tenían que hacerle un seguimiento de peso para ver si todo estaba bien.

Pues en la siguiente visita empezó mi calvario, me hacían ir cada 3 días a pesar a la niña, y claro la niña en tan sólo 3 días cogía a lo mejor 60 gr., y otras veces ni eso. Y empezaron a recomendarme que dejara de darle el pecho y le diera leche artificial. Primero me decían que le diera ayudas de 30 ml..

Luego las recomendaciones pasaron a ser obligaciones, porque claro jugaban con frases como que "no queremos que a la niña le pase nada malo, que se deshidrate, que le falten nutrientes o que le ocurra algo grave, así que será mejor que le des leche de fórmula". Yo evidentemente me negaba pero mi opinión no valía para nada, porque según los profesionales, con la decisión de dar pecho a mi hija podía causarle graves consecuencias.

La pediatra de mi niña me llegó a decir que mi leche no valía para alimentar a la niña, eso es muy duro, que un “profesional” te diga que no eres capaz de alimentar a tu pequeña, eso no lo podré olvidar, y todavía hoy me duele aunque sé que eso es científicamente imposible. Toda mujer tiene unos pechos que fabrican leche según la demanda y es buena, es imposible que las mujeres den leche aguada o agria o como se empeñen en llamarla para evitar algo natural como dar pecho a tu bebé.

El tener que ir tantas veces al pediatra para ver si engordaba algo la niña, me causó tal estrés, que estoy segura que causó el que mi niña no engordase prácticamente nada, y que estuviera tan nerviosa. Me sometieron a tal presión que era insoportable, incluso si me retrasaba de la hora prevista a la visita me llamaban por teléfono, o incluso un día que no fui también me llamaron y pidiendo explicaciones de porqué faltaba a la cita para pesar a la niña.

Salía de la consulta del pediatra destrozada, llorando, y tocaba a la puerta de mi matrona, le contaba que querían que le diera biberones a mi bebé, y ella con la dulzura que tiene, me calmaba, me decía cosas como “la niña está bien no la ves que salada y bien que está, si es pequeñita pues nada es que no tenemos derecho a existir las pequeñitas, pontela piel con piel, le das teta y verás que bien las dos juntitas,...” (Muchas gracias de corazón).

Sólamente teníamos problemas con el peso, la altura estaba dentro de la gráfica de lo normal, al igual que el perímetro craneal.

Le hicieron analíticas de sangre a la niña y todo salió genial, tenía todo muy bien, no le faltaban ni vitaminas ni nada de nada. Y eso me dió muchas fuerzas, luego mi autoestima iba creciendo más y más, gracias a Carlos González y su libro “Un regalo para toda la vida”. Me lo leía mientras le daba el pecho a mi bebé y me sentía tan bien y me daba tantas fuerzas para continuar, que sin darme cuenta me hacía tan fuerte que ningún comentario podía conmigo. Sinceramente creo que después de un tiempo de leer este libro fue cuando la niña empezó a engordar.

Tengo que decir que sí, al final le dimos algún biberón de leche artificial a la niña, pero viendo que engordaba lo mismo si se lo daba como si no, dejamos de dárselos.

La niña a los 4 meses pesaba 4.940 gr., a los 6 meses 6.430 gr. y a los 9 meses 8.800 gr. Seguramente muchos pensarán cuando la niña empezó a comer otros alimentos además del pecho fue cuando comenzó a engordar.

Puede ser aunque no lo creo, yo siempre pensaré que mi niña comenzó a engordar cuando yo me tranquilicé conmigo misma, con el mundo y supe que era capaz de amamantar correctamente a mi hija, sin horarios, escuchando a mi corazón y a las personas que me hacían bien, y dejando a un lado los comentarios que no eran buenos para nosotras.

Y siempre defenderé que si no hubiera sido por el papá tan fantástico que tiene mi niña yo no hubiera aguantado tanto, me hubiese derrumbado y no hubiera seguido con la lactancia materna. Muchas gracias  mi amor, mi compañero, mi amigo, mi amante, por levantarme tantas y tantas veces, por escucharme, abrazarme y estar siempre ahí con una simple mirada.

viernes, 10 de febrero de 2012

El nacimiento de una mamá

Yo no sé cuando realmente me di cuenta que era madre, supongo que fue cuando cogí a mi hija en brazos. Bueno no fue así, me la pusieron en cima nada más nacer y recuerdo que tenía tanto miedo que pensaba que la doctora estaba un poco loca por colocarla allí conmigo, pregunté que tenía que hacer, estaba tan emocionada que quedé bloqueada.

Nada más salir del paritorio, con la ayuda del super papá, me puse a mi niña al pecho en mi cama y quedamos boquiabiertos como succionaba, si apenas le puse el pezón cerca de la boca y aquella lo enganchó como si lo hubiera hecho siempre. Recuerdo que le ofrecí los dos pechos y ella mamó de ambos hasta que quiso.

Nació por la mañana a las 10:03, y yo todo el día ofreciéndole el pecho de nuevo y ella nada dormida y que no quería, yo preocupada y aquella que no se enganchaba, pero si lo habíamos hecho de miedo en partos, que pasaba ahora, pues no lo sé, pero no mamó hasta cerca de las 20:00 horas, y nada un poquito y le bastó. Luego de madrugada ahí si que quería mi niña, como lloraba, eso si eran pulmones. Me la metía en la cama, le ofrecía el pecho y se dormía, la colocaba en su cuna, dormía yo y al ratito no llegaba a los 30 minutos a llorar de nuevo. Otra vez al pecho dormida y repetición de operación. Menuda noche, y así la siguiente, y en casa...y día y noche.

Como lloraba no sabíamos que hacer, le cantábamos todo el repertorio que teníamos una y muchas veces, la mecíamos, le daba pecho, de todo y nada que no descansaba ni ella ni nosotros. Recuerdo que bromeábamos sobre que nos habíamos olvidado el libro de instrucciones para saber donde estaba el botón de apagado en el hospital.

Como llorábamos las dos.

Hasta que descubrí que mi niña no quería separarse de su mamá y menos aún de su tetita.
Claro al principio todo lo que haces te lo planteas muchísimo, eres nueva en esto y todo el mundo opina, y casualmente todo el mundo tiene razón menos tú, y nos olvidamos de algo tan obvio como escuchar a nuestro corazón, hacer lo que nos apetece porque creemos que es mejor para nuestro bebé y no sentirnos juzgados por ello.

Si el bebé llora, dale teta, aunque haga 3 minutos que te la habías despegado, igual tiene sed, o quiere sentirte, olerte, escuchar tu corazón, o quien sabe que.

Si te apetece dormir con tu bebé, mételo en tu cama y duerme con él, os aseguro que no pasa nada, no se mal acostumbra, eso es falso, no lo malcrías ni por asomo al contrario le das amor, y no le vas a chafar como dicen que pasa.

Nosotros hemos practicado el colecho, y ahora que mi nena tiene dos años, no quiere dormir en nuestra cama, ella dice que duerme en su cama y en su habitación, esto desde que pasó a su cuarto.

Aunque eso sí, para dormirse quiere que mamá le dé tetita y se quede con ella hasta que se duerma, pero en su cama, ella se despierta y aunque yo le encienda la luz y le diga que venga a nuestra cama ella dice que no,  que vaya yo a la suya.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Hola, hoy es mi primer día como bloguera, y no sé muy bien por donde empezar.

Soy una mamá la cual tenía muy claro que quería darle el pecho a su pequeña y me encontré con tantas trabas que por eso he pensando que me gustaría contar mi experiencia por si podía servir como ayuda a otras madres como yo.

También tengo que decir que en mi camino a la lactancia materna me encontré con un fantástico grupo local de madres que han sido un grandioso apoyo. Nos reunimos una vez al mes y siempre hay algo que aprender.

Lo primero y principal que me gustaría contar, es que todas las mujeres, TODAS, podemos dar el pecho a nuestros bebés. Da igual como tengamos el pecho o el pezón, pensar si no en como hemos sobrevivido todos estos años desde el comienzo de la humanidad hasta hace cuatro días que existen los biberones.